
Una pareja de San Roque, Antioquia, siente que la tarde de este martes será su último día juntos. Juan Camillo* y su esposa se dirigían a Cartagena en el vuelo LA4292 de Latin American, que realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto José María Córdoba tras un problema en las ruedas del tren delantero durante el despegue.
“Todo el mundo empezó a decir: ¡bump, bump, bump! Vamos a chocar…”, contó.
El video que causó revuelo en las redes sociales es solo la más mínima descripción de lo sucedido a decenas de pasajeros. Según Juan Camilo, todo empezó a las 10:00 de la mañana. En ese momento se planeó un vuelo a Cartagena, pero la aerolínea reprogramó el vuelo debido a retrasos.
Unas cuatro horas después, cuando por fin llegó el avión, a los viajeros se les indicó que la máquina presentaba algunas fallas técnicas y que, posiblemente, se iba a cancelar el vuelo. “Incluso lo sacaron de las pantallas y eso generó mucho malestar. Pero luego el personal de la aerolínea dijo que sí se podía viajar. Entonces todo el mundo decidió subirse”.
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El vuelo, sin embargo, no parecía normal. Esa fue la impresión con la que se quedó Juan Camilo, tras relatar que al despegar se escuchó un sonido extraño y que dieron vueltas sobre el aeropuerto cerca de diez minutos, sin lograr estabilizar el avión.
Cuando ya acumulaban 20 minutos de vuelo, las azafatas explicaron que afrontaban un problema técnico y que recurrirían a un aterrizaje de emergencia, según la versión de Juan Camilo. “No nos explicaban cuáles eran las razones. Casi media hora en el aire así. Eso fue como una eternidad”.
Una vez comenzaron las maniobras de aterrizaje, la tripulación envió a los pasajeros hacia la parte trasera del avión. Parecía imposible evitar una colisión. “Todo mundo comenzó a decir: ¡colisión, colisión, colisión! Vamos a colisionar…”. En ese momento la mayoría de viajeros, incluido Juan Camilo y su esposa, se pusieron a llorar y a orar.
“Se alcanzó a pensar que el avión podía explotar por el tema de la gasolina (ni Latam ni la Aerocivil han ahondado en las causales de la emergencia, pero la Aeronáutica investiga los hechos)”, relató el viajero, quien no olvida las cuatro máquinas y los bomberos que aguardaban en la pista mientras el avión trataba de aterrizar.
Luego se sintió un golpe fuerte, en medio de los llantos y las oraciones de tripulantes y pasajeros. El avión aterrizó, “pero pasó mucho tiempo para que nos bajaran porque había quedado muy inclinado hacia atrás”.
El susto pasó, afirmó Juan Camilo, quien “estaba listo para que ese fuera el último momento”. Igual no sucedió con el vuelo ni con las respuestas de la aerolínea. Aunque les propusieron reprogramar para este miércoles a las 11:00 de la noche, no les han dado mayores explicaciones y a otros, según su versión, no les quieren devolver lo que pagaron por el vuelo.
Lo cierto es que sus ganas de ir a Cartagena, después de semejante susto, se evaporaron. Ni la reserva en el hotel —y menos el itinerario que ya tenían programado— podría borrar lo que sintió este matrimonio que viajaba en los asientos 17a y 17b, en el vuelo que causó conmoción este martes.
Latam informó en un comunicado, que los pasajeros perjudicados por la emergencia y que tenían trayectos programados este 29 y 30 de marzo podrán modificar la fecha de viaje o solicitar la devolución del dinero sin ningún cobro adicional.
“Muchas personas estaban llorando, rezando, gritando”
Kelly Manuela Cifuentes, otra pasajera del vuelo LA4292 de Latam, relató que el piloto los salvó, que sin sus maniobras no estarían contando el cuento.
“Empezamos a notar cosas raras y no se veía que el avión avanzara. La azafata nos dijo que guardáramos la calma. Nos pusimos los cinturones de seguridad, luego estuvimos en posición fetal, y nos explicaron cómo poner a los niños. Fueron momentos de mucha zozobra”.
Y, por último, relató: “Muchas personas estaban llorando, rezando y gritando. Había gente desmayada. Traté de guardar la calma, pero en el momento que aterrizamos no pude más y exploté en llanto”.
Con información de: EL CUBANO