
Hace dos días escuché a mi hija discutir con un hombre por teléfono, diciéndole que no quería flores ni chocolates, dejándola sola,
Pero el mismo día llegó un ramo de flores y una caja de bombones.
Las tiró a la parte de atrás de la casa y el sujeto la volvió a llamar y ella le repitió que no quería nada, no sé quién era el chico de las flores, pero si tenía una aventura,
podría ser porque ellos me mató.»
De esa forma describió Juan Bautista Díaz, padre de crianza de Roxana Abigail Salas Sandoval,
su sospecha sobre el motivo por el cual un motociclista pudo haber asesinado a su hija este jueves por la madrugada,
cuando se encontraban en su vivienda en Miramar de Montes de Oro, Puntarenas.
Él aseguró que escuchó que llegó una moto a la casa y segundos después tocaron la puerta.
Su hija fue quien se levantó para ver quién era,
sin imaginarse que le iban a disparar por un hueco que tenía una de las paredes del inmueble, que está construido con madera.
Yo estaba con ella en la casa cuando escuche una motocicleta que llegó y tocó la puerta, cuando mi hija iba a abrir escuché tres disparos,
salí rápido y la vi caer al suelo en la sala, me asome y vi un hombre salir hacia la calle y montarse en una motocicleta”, agregó Díaz, visiblemente afectado por lo ocurrido.
Salas, de 25 años, era madre de dos niños que vivían con ella, aparte de don Juan y un hermano de la fallecida,
quien trabajaba en una pollera en Cuatro Cruces de San Isidro de Montes de Oro, a dos kilómetros de donde vivía.
La Fuerza Pública custodió la escena, mientras que agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Puntarenas realizaron el levantamiento del cuerpo, que presentaba tres impactos de bala en el pecho.
El caso permanece en investigación para establecer el móvil del crimen, así como para identificar al responsable, quien permanece en fuga.
Hasta ahora, el caso no ha sido tipificado como feminicidio; sin embargo, los agentes judiciales deben realizar más diligencias.
La Policía Judicial afirmó que el gatillero sabía el nombre de la víctima, ya que la llamó por su nombre para que se aproximara a la puerta.
Por su parte, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) manifestó que valorarán los recursos familiares para determinar con quién vivirán los hijos de Salas.
Se trata de dos niños de 8 años y 6 meses, quienes al igual que el resto de la familia recibirán acompañamiento psicosocial. Asimismo,
la oficina local de Puntarenas de la institución se encargará de iniciar el Proceso Especial de Protección (PEP) para ellos.
Fuente: La Nacion