
Procesar la corrupción administrativa es uno de los desafíos más difíciles que enfrenta el Ministerio de Asuntos Públicos porque ha sido criticado por su manejo de los asuntos políticos.
La procuradora general Miriam Germán Brito aseguró luego de asegurar que la independencia y objetividad son de gran trascendencia para frenar cualquier influencia falsa en los procesos penales por corrupción y anular la inmunidad del poder, para que los cargos se puedan llevar a cabo de conformidad con la ley sin involucrar políticas, sociales o económicas. distinciones.
Se puede utilizar un enjuiciamiento penal inaceptable para reprimir a los perdedores en las competencias políticas o para garantizar la impunidad de los delitos cometidos por los funcionarios actuales «, dijo el magistrado.
El Ministerio Público debe ser un celoso guardián de la “cosa pública”, no puede tener amigos ni enemigos, para someter a la acción de la justicia penal a quienes traicionen la confianza depositada para ejercer función pública”, dijo.
“No puede haber paños tibios ni maltratos, ni encono ni indulgencia, sino la firme determinación de procurar el debido proceso, que jueces independientes e imparciales determinen la responsabilidad penal de quienes se apropien ilícitamente de los recursos públicos”, aseguró, ya que precisa que se debe perseguir la corrupción y el crimen organizado, sin obviar la atención de los casos ordinarios.
Transformación
Germán dijo que el Ministerio Público debe contar con herramientas tecnológicas adecuadas para garantizar el éxito de la persecución de la criminalidad y brindar un servicio a la ciudadanía con los más altos estándares de calidad.
“Para esto, es necesario contar con los recursos necesarios que garanticen la adquisición de una nueva infraestructura tecnológica para la institución”, insistió.
“Esto para poder seguir avanzando con las investigación conforme a los tiempos tecnológicos y garantizar la persecución criminalidad”, expresó, tras indicar que la transformación de la gestión administrativa no ha sido fácil.
Expresó que tras asumir su función como procuradora ha tenido la encomienda de garantizar la transformación de la institución, lo que también constituye otro de los retos de su gestión.
Otro reto, de acuerdo a Germán, es restaurar la confianza de la población.
Reveló que en la pasada gestión en la Procuraduría se tenía una nómina que llegaba a los nueve mil empleados.
Con información de: EL DÍA